Abstract :
[es] Como introducción a este número monográfico del Anuario de Psicología, el autor, cediendo al entusiasmo milenarista provocado por la proximidad del año 2000, presenta algunas reflexiones sobre el estado actual de la psicología y sus perspectivas para el futuro. A pesar de su fragmentación en múltiples campos hay signos que parecen apuntar a la recuperación de su unidad. Se presta especial atención a la tendencia actual a restaurar la importancia de las emociones, de las motivaciones de la acción y de los factores ambientales, aspectos que el cognitivismo ha reducido u olvidado. Aunque el conflicto traditional sobre las raíces de la naturaleza humana - biológica o social - dista de estar resuelto, una nueva manera de considerar las variaciones, tanto interindividuales comointraindividuals, ofrece la posibilidad de reconciliar las dimensiones biológicas y sociohistóricas así como de abordar los muchos problemas que afectarán a la psicología aplicada en el futuro. Se insiste en la necesidad creciente de pluridisciplinariedad, de mejor comunicación en el interior de la psicología y de una mayor más eficaz información y educación del púlico en general sobre lo que es la psicología. Dada la imposibilidad de predecir los cambios que puede experimentar la naturaleza humana en los próximos siglos se formulan recomendaciones para una máxima flexibilidad y para la disposición a tratar seres humanos confromados por unas realidades virtuales que eventualmente puedan necesitar la ayuda de psicólogos virtuales.
[en] As an introduction to the present thematic issue of the Anuario de Psicología, the author, indulging in the millenarist mood at the approach of the year 2000, presents some reflections on the present state of psychology and on future prospects. In spite of the fragmentation of psychology into multiple subfields, he points to some signs towards recovering unity. Attention is given especially to current trends towards restoring the importance of emotion and motivation, of action and of environment factors, the place of which had been reduced or neglected by extreme cognitivism. Although the traditional conflict as to the roots - biological or cultural - of human nature is far from being solved, a new way to look at variations, both interindividual and intraindividual, offers a possibility to reconcile the biological and socio-historical dimensions, and also to face the many problems challenging applied psychology in the future. Emphasis is made on the increasing need for pluridisciplinary, for better communication within psychology, for more efficient and earlier information and education of the public at large as what psychology is about. Given the impossibility to predict what changes human nature might undergo during the next centuries, recommandations are made to maximal flexibility, and readiness to deal with humans fully shaped by virtual reality, eventually in need of virtual psychologists.