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Abstract :
[es] En la conciencia colectiva, la ironía se suele concebir como una antífrasis mediante la cual un locutor da a entender lo contrario de lo que enuncia. Esta acepción, marcada por la paradoja, es en realidad más bien restringida, y en literatura corresponde a un rasgo propio de la época moderna. En su acepción posmoderna, la ironía postula que el ser humano no tiene la capacidad de acceder a la verdad sobre el mundo ni tampoco sobre sí mismo, por el motivo de que sus conocimientos siempre serán subjetivos, parciales e inestables; el boom reciente de la autoficción es atribuido por sus principales teóricos exactamente a las mismas razones, y sin embargo nadie ha pensado aún este género a la luz de las teorías de la ironía. Estas últimas permiten en particular situar en un marco sólido la reflexión sobre la pérdida de autoridad de los autores de autoficción, quienes suelen autorretratarse de manera denigratoria, así como sobre la visión crítica que ofrecen a menudo de la ciencia y de sus representantes, encarnaciones de la mismísima noción de verdad en la que la autoficción ya no cree. En esta ponencia, ilustro lo que considero ser la índole profundamente irónica (en el sentido posmoderno) de la autoficción a partir de un caso concreto: No voy a pedirle a nadie que me crea, donde Juan Pablo Villalobos (Guadalajara 1973) ironiza sobre su propia persona, sobre la escritura literaria y, en general, sobre el saber y la integridad de los letrados.