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Abstract :
[es] En esta comunicación, proponemos reflexionar sobre la autoficción hispánica desde la perspectiva de un concepto que resulta del análisis del discurso, la paratopía creadora. Mostraremos así, a través del caso del escritor español Javier Cercas, en qué medida el género autoficcional puede funcionar como un mecanismo de legitimación para el escritor contemporáneo, cuya figura, en la sociedad actual, tiende a hacerse cada vez más pequeña y banal (Alberca 2007: 24).
Según Dominique Maingueneau, una de las características del discurso literario es ser paratópico, es decir, se enuncia desde un lugar paradójico basado en una doble imposibilidad: la de cerrarse sobre sí mismo, y la de confundirse con la sociedad ordinaria. Por consiguiente, el enunciador de un discurso literario no se puede colocar ni dentro, ni fuera de la sociedad: “il est voué à nourrir son œuvre du caractère radicalement problématique de sa propre appartenance à cette société” (Maingueneau 2004: 52). Así la paratopía no sólo caracteriza la condición de la literatura, sino también la de todo creador, quien precisamente se convierte en creador si asume, de manera singular, la paratopía constitutiva del discurso literario.
Para ejemplificar nuestra hipótesis, consideraremos las dos autoficciones de Javier Cercas: Soldados de Salamina (2001) y La velocidad de la luz (2005). Veremos que, en estos textos, Cercas se crea una condición de escritor paratópico que no tiene en la vida real: el dispositivo ambiguo de la autoficción, que mezcla los registros ficcional y factual, le permite manipular el referente real y reescribir ciertos episodios de su vida de manera que la hace paratópica. Así se presenta bajo los rasgos de un artista bohemio o un escritor maldito, dos figuras paratópicas por excelencia, pero también se aproxima a personajes –la pitonisa, el veterano de Vietnam– y lugares –la residencia de ancianos, el campus universitario– atrapados en una pertenencia imposible: pertenecen y no pertenecen a la sociedad ordinaria. De esta manera, demostraremos cómo Cercas se atribuye, mediante su alter ego ficcional, cierta legitimidad, al inscribirse en situaciones paratópicas que su vida de hombre “normal” no le da.