Las galas de la literatura: un análisis pragmático de _Poemas plagiados_, de Esteban Peicovich

En su _Introducción al camelo_, publicada en 1967, el escritor y periodista argentino Esteban Peicovich reunió una serie de textos no literarios y los presentó como si fueran poemas. El autor ampliaría posteriormente el número de textos y los pondría bajo un nuevo título: _Poemas plagiados_. A pesar de que dicho volumen haya sido editado tres veces a ambas orillas del Atlántico desde el año 2000 —lo que resulta muy notable para un libro de poemas—, hasta ahora apenas ha sido desflorado por la crítica periodística, sin que la crítica académica se haya fijado todavía en él.
Sin embargo, los _Poemas plagiados_ constituyen un objeto de estudio ideal en el que ensayar un análisis pionero de pragmática literaria: los poemas de Peicovich constituyen actos de habla falsificados en los que la función ilocutiva original de textos cotidianos es transformada, difuminada o simplemente suprimida; sus posibilidades perlocutivas, por el contrario, se multiplican. Peicovich dispone de una manera estudiada los elementos de cada poema (título, texto y fuente), lo que permite al lector escoger entre dos lecturas diferentes pero no excluyentes: la lectura poética, propiciada por una serie de transformaciones paratextuales, y la lectura referencial (conservada mediante la mención de la fuente original situada al final de cada texto). El resultado es una expresión poética espontánea que dignifica documentos cotidianos y aun prosaicos, y en la que el lector se ve ejercitado de continuo en un lúdico movimiento de ida y vuelta del proceso de interpretación. La aclaración final del origen del poema de hecho juega con su horizonte de expectativas y demuestra el carácter colectivo de la creación poética —resaltada por un Lautréamont— en la que quehacer artístico y recepción del espectador se complementan.
Nuestra comunicación definirá, pues, la pragmática de los _Poemas plagiados_, destacando las estrategias que poetizan estos textos —fragmentación, versificación, títulos recontextualizadores, etc.—. Además situaremos la práctica del «poema plagiado» en la historia literaria, esbozando su genealogía y descendencia, en relación con el estatuto ambiguo que parece caracterizar la producción de otros autores sudamericanos contemporáneos, como Roberto Bolaño, Nicanor Parra o César Aira. No es tampoco una casualidad que Peicovich dedicase varios libros y entrevistas a Jorge Luis Borges, cuyas obras usurpan a veces los atuendos de la no ficción.
Los _Poemas plagiados_ demuestran que, a pesar de lo tantas veces repetido durante todo el siglo XX, el carácter literario de un texto no procede del empleo de un código lingüístico especial, distinto del de la comunicación cotidiana. El autor argentino despliega todas las modalidades del humor y las aplica a los múltiples registros de los que se apodera, desde el lenguaje infantil hasta los tecnolectos más elaborados. Peicovich saca, en fin, poesía de donde no la hay, y avanza así rasgos que se han venido considerado definitorios de la literatura posterior al _boom_, tales como la hibridez genérica, la mezcla de niveles culturales, el lirismo narrativo o la mitificación de lo consuetudinario.